Estados Unidos frente al desafío a largo plazo

Tforos, intercambios de expertos, informes: las semanas que precedieron a la cumbre de la OTAN en Vilnius, los días 11 y 12 de julio, dieron lugar a intensos debates en Estados Unidos. Lo más sorprendente fue la falta de euforia. Sin embargo, la administración Biden tiene motivos para estar satisfecho. Los planes iniciales del Kremlin en Ucrania se han frustrado. La movilización aliada no ha flaqueado desde el inicio de la guerra hace quinientos días. Por el contrario, los miembros de la OTAN se están preparando para registrar sus esfuerzos a largo plazo, conscientes de que la amenaza rusa seguirá siendo una realidad, independientemente de las convulsiones del conflicto.

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Este debate estadounidense no se trata de la necesidad de ayudar a Ucrania, disputada solo por la franja trumpista del Partido Republicano, sino de las modalidades de este apoyo militar y político. Al margen de la cumbre de Vilnius, Joe Biden tiene previsto pronunciar este martes un nuevo discurso solemne para renovar el compromiso inquebrantable de su país, a la espera del 75Y aniversario de la OTAN que se celebrará en Washington en junio de 2024.

Estados Unidos reafirma su compromiso con el principio de “puertas abiertas” a la Alianza Atlántica. Pero Washington no ha vacilado en su oposición a la entrada inmediata de Ucrania. “No creo que esté lista”, dijo Joe Biden a CNN el domingo. En realidad, los criterios importan menos que el contexto. La garantía que ofrece el artículo 5 (un ataque a un miembro es un ataque a todos) no puede extenderse a Ucrania en tiempos de guerra, por temor a precipitar un conflicto directo entre la OTAN y Rusia.

El modelo israelí

Por lo tanto, Washington está evaluando una forma de asociación de seguridad bilateral con Ucrania, además del compromiso de la Alianza. El modelo citado es el de Israel. Bajo un acuerdo de diez años (2019-2028), Estados Unidos proporciona $3.8 mil millones en ayuda militar al estado judío cada año, que es en gran parte un subsidio encubierto a la industria militar estadounidense.

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“Existen claras diferencias entre Ucrania e Israel, subraya Charles Kupchan, experto del think tank del Council on Foreign Relations. Se dice que Israel tiene armas nucleares, Ucrania no. Por otro lado, éste vive en el umbral de un gran poder. Dicho esto, el modelo israelí es útil. Estados Unidos se compromete a proporcionarle lo que se llama superioridad militar. Pero, al mismo tiempo, no existe una garantía de seguridad equivalente al artículo 5. En el caso de Ucrania, esto significaría que no habría compromiso de ir a la guerra para defenderla. »

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