San Francisco sueña con ser un «faro de paz» en las relaciones entre China y Estados Unidos

CARTA DE SAN FRANCISCO

A finales de octubre aparecieron cientos de carteles en las calles de San Francisco. “Todo empieza aquí” : » esto es aquí que todo comience. La campaña publicitaria recuerda todo lo que la ciudad ha aportado al mundo: innovaciones tecnológicas, revoluciones sociales… El Verano del Amor de 1967, vaqueros Levi’s, chatbots, coches autónomos, «Bebe un martini y llévate un Uber a casa». Está financiado por un grupo de personalidades y empresas que esperan restaurar la imagen de la ciudad, dañada desde hace meses por el espectáculo de cientos de drogadictos rociados con fentanilo -un opioide sintético- y postrados en las aceras.

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El lema resume bien el ambiente que reinaba en San Francisco en la inauguración de la cumbre de los países del APEC (Cooperación Económica Asia-Pacífico). Unas 30.000 personas, jefes de Estado, directores ejecutivos y medios de comunicación de veintiún países, entre ellos China, Japón, Chile, México, Canadá, sin olvidar a Rusia, tomaron posesión del centro. San Francisco no había visto un evento internacional de esta magnitud desde 1945, desde la conferencia que condujo al nacimiento de la ONU y a la definición del principio de «seguridad colectiva» destinado a garantizar la paz.

La ciudad de la costa del Pacífico no tendría problemas si también aquí comenzara una fase de flexibilización de las relaciones internacionales. “La ciudad puede volver a ser un faro de paz”afirma Christopher Tang, profesor de la Universidad de California en Los Ángeles, En el Crónica de San Francisco. El investigador no pasa por alto que algunos miembros de APEC están enfrentados por el conflicto en Ucrania, la guerra entre Israel y Hamás o las disputas territoriales en el Mar de China Meridional. Pero según él, las principales potencias económicas mundiales necesitan estabilidad.

Escenario perfecto para el reenganche de China

El momento más esperado de la conferencia, la reunión Joe Biden-Xi Jinping del 15 de noviembre. En su última reunión, en la cumbre del G20 en Bali (Indonesia) en 2022, los presidentes estadounidense y chino prometieron gestionar sus relaciones de manera «responsable». Mientras tanto, a principios de año se produjo el caso de los globos espía y el antagonismo creció a tal punto que el simple anuncio de una reunión parecía un apaciguamiento. “El mundo espera ver una señal de que las dos grandes potencias están comprometidas a garantizar que la competencia no se convierta en conflicto. analiza Colin Kahl, ex alto funcionario del Pentágono durante la administración Obama e investigador de la Universidad de Stanford. La reunión en sí es el mensaje. »

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