La Asamblea Legislativa de El Salvador aprobó este jueves una reforma constitucional que permite la reelección indefinida del presidente. Con 57 votos a favor y 3 en contra, los legisladores dieron luz verde a una modificación histórica, allanando el camino para que el actual presidente, Nayib Bukele, pueda postularse nuevamente en 2029 si así lo decide. Esta reforma cambia significativamente el panorama político del país al permitir que un presidente pueda competir por tantos periodos como desee, siempre que la población lo elija en las urnas.
El cambio incluye la extensión del periodo presidencial de cinco a seis años, con la posibilidad de que los votantes decidan al inicio y a la mitad del mandato si le otorgan el control de la Asamblea Legislativa. Este control es crucial, ya que es a través de esta Asamblea que se eligen funcionarios de segundo grado y se aprueban o reforman leyes.
Reformas que modifican el proceso electoral y su implicación en las futuras elecciones
Aparte de habilitar la reelección sin límite, los legisladores también dieron su visto bueno para acortar el período de gobierno de Bukele de 2029 a 2027. Esta acción tiene como objetivo hacer coincidir las elecciones presidenciales con las legislativas, permitiendo que ambas se lleven a cabo en el mismo año, lo cual favorecería la participación de los ciudadanos.
Ernesto Castro, presidente de la Asamblea Legislativa y diputado del partido oficialista Nuevas Ideas, destacó que el poder reside en el pueblo y que la decisión final sobre la reelección debe ser tomada por los salvadoreños a través de su voto. Sin embargo, a pesar de la aprobación de estas reformas, Bukele no ha confirmado si buscará un tercer mandato. En una entrevista en junio de 2024, Bukele había mencionado que no aspiraría a la reelección, basándose en el marco constitucional y un acuerdo personal con su esposa.
Cambio en el sistema de votación y supresión de la segunda vuelta presidencial
Los legisladores también eliminaron la segunda vuelta en las elecciones presidenciales. Ahora, la fórmula presidencial que obtenga el mayor número de votos válidos en la primera vuelta será la ganadora. Anteriormente, la Constitución requería que un candidato presidencial ganara con al menos el 50 % más uno de los votos válidos para obtener la presidencia en la primera vuelta.
Esta modificación fue defendida por los diputados de Nuevas Ideas, quienes justificaron la reforma por los ahorros que representaría para el Estado. Horas después de la aprobación, en una nueva sesión plenaria, los legisladores ratificaron el acuerdo de reforma constitucional, afirmando que este día marcaría un antes y un después para El Salvador.
Respuestas de la oposición tras la aprobación de la reforma
La oposición ha criticado duramente la reforma, argumentando que esta modificación podría empujar al país hacia un régimen autoritario. Marcela Villatoro, legisladora del partido conservador Arena, afirmó que con la aceptación de esta reforma “la democracia en El Salvador ha desaparecido”, acusando al gobierno de fomentar la instauración de una dictadura. Mientras tanto, Manuel Flores, líder del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), indicó que las reformas representaban un intento del gobierno por aferrarse al poder de manera indefinida, ante el miedo de perder las elecciones venideras.
Claudia Ortiz, de Vamos, también denunció las reformas, calificándolas como un intento de perpetuar el poder en manos de un solo partido y no de devolverlo al pueblo. Para Ortiz, las reformas violan el artículo 88 de la Constitución, que establece que la alternancia en el poder es esencial para mantener el sistema político del país.
Oposición de la ciudadanía frente a la modificación de la reelección sin límites
La organización Acción Ciudadana también se ha manifestado en contra de la reforma, señalando que la posibilidad de la reelección indefinida cierra la vía electoral como un mecanismo de alternancia democrática. Según Acción Ciudadana, esta medida podría tener consecuencias negativas para la estabilidad democrática y el equilibrio de poder en el país.