Su predecesor de extrema derecha, Jair Bolsonaro, había facilitado en gran medida su toma de posesión. El presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, firmó un decreto el viernes 21 de julio para limitar, por el contrario, el acceso a las armas de fuego a los civiles brasileños. cubriendo el “control responsable de armas”el texto apunta en particular a reducir de cuatro a dos el número de armas autorizadas para la defensa personal, mientras que quienes deseen adquirirlas ahora deberán demostrar que las necesitan.
“Seguiremos luchando por menos armas en nuestro país. Sólo la policía y el ejército deben estar bien armados”Lula dijo durante su presentación en Brasilia, así como una serie de medidas destinadas a reducir la violencia en Brasil.
No hay campos de tiro dentro de una milla de las escuelas
Entre las normas introducidas, los cazadores, tiradores deportivos y coleccionistas, agrupados bajo una categoría titulada “CAC”ahora pueden poseer solo seis armas de fuego, frente a las treinta anteriores tras un decreto emitido durante la presidencia de Jair Bolsonaro (2019-2022).
Las autorizaciones para comprar municiones también se han visto significativamente limitadas por el nuevo decreto. También limita el horario de funcionamiento de los campos de tiro y prohíbe que se ubiquen a menos de un kilómetro de las escuelas.
Los campos de tiro han experimentado un gran auge en los últimos años, siendo la práctica del tiro deportivo la que ha permitido adquirir legalmente un gran número de armas.
Otra importante novedad prevista por el decreto: el registro de armas del CAC pasará gradualmente a estar bajo el control de la policía federal, y ya no del ejército.
Varias armas se triplicaron bajo la presidencia de Bolsonaro
Según la organización no gubernamental (ONG) Instituto Sou da Paz, en julio de 2022 se registraron más de un millón de armas en el registro CAC, casi el triple de las aproximadamente 350.000 registradas en diciembre de 2018, un mes antes de que comenzara el mandato de Jair Bolsonaro (2019-2023).
El decreto firmado por Lula “representa un paso adelante para volver a los estándares de rendición de cuentas y seguridad jurídica en el control de armas en Brasil”Por ello dio la bienvenida a esta ONG en un comunicado de prensa.
El viernes, el gobierno de Lula también presentó un proyecto de ley que prevé penas más severas en caso de violencia en las escuelas. El país fue golpeado por varios ataques escolares durante el primer semestre.
Según un informe difundido el jueves por el Foro Brasileño de Seguridad Pública, este año se cometieron 47.508 homicidios en Brasil, más de un promedio de cinco por hora.
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Pero esa cifra ha disminuido constantemente en los últimos años, ya que en 2017 se registró un récord de 64.078 homicidios.