Fideicomisos y fundaciones en Panamá: lo que todo inversor debe saber

Dentro del contexto legal y financiero de Panamá, destacan dos conceptos legales importantes para la protección y gestión de activos: fideicomisos y fundaciones de interés privado. Aunque ambos tienen como objetivo la gestión de activos con fines específicos, presentan diferencias significativas en términos de su estructura, funcionamiento y aplicaciones prácticas.

Entender esta diferencia es esencial para elegir la opción legal que se ajuste mejor a tus necesidades particulares. El grupo de profesionales de Legal Solutions Panama dispone de especialistas en fideicomisos y fundaciones, los cuales te ofrecerán la orientación precisa para tomar una elección bien fundamentada.

¿Qué es un fideicomiso?

Un fideicomiso es un acuerdo que posibilita a un individuo, conocido como fideicomitente, transferir la gestión de sus activos a otro, denominado fiduciario, con el propósito de cumplir con un objetivo específico. Este propósito puede estar orientado a favorecer a un tercero, el beneficiario, o al propio fideicomitente.

En Panamá, los fideicomisos se rigen por la Ley 1 de 1984, actualizada con la Ley 21 de 2017. Esta relación jurídica se formaliza mediante un Contrato de Fideicomiso, en el cual el fideicomitente transfiere sus activos o derechos al fiduciario, quien asume la responsabilidad de gestionarlos o aplicarlos para alcanzar el objetivo específico establecido en el contrato.

¿En qué se diferencia de fundación de interés privado?

Por su parte, la fundación de interés privado nace de la dotación o donación de un patrimonio para objetivos específicos, los cuales se encuentran establecidos en un documento llamado acta fundacional. Los responsables de cumplir estos fines son los miembros del Consejo Fundacional, quienes actúan como una Junta Directiva. La fundación adquiere personalidad jurídica propia, diferenciándose de los bienes del fundador. Una de las principales diferencias son:

Gestión y supervisión:

  • Fideicomiso: la supervisión recae en el fiduciario, encargado de la administración de los activos siguiendo las indicaciones del fideicomitente. El fiduciario debe ser una entidad o individuo autorizado para ejercer esta función, asegurando la idoneidad y pericia en la gestión de fideicomisos.
  • Fundación de interés privado: el Consejo Fundacional asume el control y la gestión, adoptando decisiones en favor de los propósitos fundacionales. Este consejo puede estar integrado por el fundador o fundadores, así como por otros designados para este fin.

Derechos y responsabilidades:

  • Fideicomiso: el convenio de fideicomiso debe especificar de manera precisa los derechos y deberes del fiduciario, incluyendo la manera en que administrará los activos, los rendimientos que se esperan obtener y los procedimientos de informe. Esta transparencia resulta esencial para salvaguardar los intereses del fideicomitente y los beneficiarios.
  • Fundación de interés privado: aunque no es obligatorio establecer estos derechos en los estatutos fundacionales, se pueden definir en un reglamento interno. Esto otorga flexibilidad a la fundación para ajustar su operativa a las necesidades particulares de los objetivos fundacionales.

Registro en el Registro Público:

  • Fideicomiso: la inscripción en el Registro Público no es obligatoria, lo que le confiere un carácter privado y confidencial. Aunque existen excepciones, como en el caso de bienes raíces u operaciones que requieran publicidad registral.
  • Fundación de interés privado: requiere imperativamente de esta inscripción para su validez legal. Al registrarse en el Registro Público, la fundación obtiene personalidad jurídica, lo que le permite celebrar contratos, adquirir activos y ejercer derechos como cualquier entidad jurídica.

Algunas de sus usos más destacados

Fideicomiso:

  • Sucesión de propiedades: posibilita la creación de un plan de sucesión preciso y detallado para transferir activos a herederos o beneficiarios previamente designados, evitando procedimientos legales complicados y onerosos.
  • Transacciones comerciales: simplifica operaciones comerciales complejas, incluyendo la adquisición de inmuebles, la apertura y gestión de cuentas bancarias, inversiones en mercados financieros y fondos de inversión, así como la formalización de acuerdos internacionales.
  • Protección patrimonial: proporciona un método seguro para resguardar activos de posibles acreedores, litigios legales o confiscaciones. Adicionalmente, permite una gestión profesional y eficaz del legado familiar, garantizando su conservación y distribución entre las próximas generaciones.

Fundación de interés privado:

  • Instrumento testamentario: actúa como una opción más flexible que los testamentos convencionales, otorgando un mayor control sobre cómo y cuándo se distribuyen los bienes, además de asegurar que la voluntad del fundador se ejecute de acuerdo a sus deseos.
  • Acuerdos matrimoniales: funciona como una herramienta para definir acuerdos prenupciales y postnupciales, protegiendo los activos individuales de los cónyuges y proporcionando un marco claro para su manejo en situaciones de separación o divorcio.
  • Administración de pensiones: ofrece una vía eficiente para establecer y manejar fondos de pensiones privados, contribuyendo a un futuro seguro y económicamente estable para los trabajadores o integrantes de una entidad.

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